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Energía nuclear, el siguiente paso que debe dar México
Atzayaelh Torres
El paso que debe dar México es evitar la dependencia del petróleo, y una salida es la energía nuclear, terreno donde el avance es pauperrimo.
Analistas y especialistas comentan que el crecimiento de las economías tendrá que ir en esa dirección, porque la generación de electricidad, por ejemplo, depende de fuentes fósiles como son el petróleo y derivados, que se están agotando.
Esta tendencia, dicen, obliga a las grandes economías del mundo a plantearse soluciones y estrategias que les permitan asegurar el suministro eléctrico en sus territorios, de tal forma que en últimos años ha emergido de nueva cuenta la opción de la energía nuclear como una fuente alternativa.
La energía nuclear proviene de un proceso llamado fisión mediante el cual se bombardea de protones al núcleo de ciertos componentes químicos que se ubican en la tabla periódica con el nombre de actínidos, siendo el uranio uno de los más utilizados por las plantas de este tipo en el mundo, actualmente.
Aunque para muchos países como Francia, Rusia y Estados Unidos, la energía nuclear no es sólo una realidad, sino gran parte de las fuentes de insumo que tienen a su alcance.
En México se quedó rezagado el que sería un proyecto nacional que aprovecharía las bondades de provocar la electrorradiación de ciertos elementos que se encuentran bajo la tierra.
Desde los últimos tres años la única instalación que genera energía eléctrica a través de procesos atómicos en el país representa sólo tres por ciento del total de la generación del país, ubicándose a la par de las pequeñas hidroeléctricas, mismas que requieren menores inversiones y hasta son consideradas como una fuente renovable de energía.
Desde 1989 que fue conectada a la red eléctrica nacional, la planta de Laguna Verde, en Veracruz, que en realidad alberga dos reactores nucleares y generan al año alrededor de mil 300 megawatts de energía eléctrica, específicamente desde abril de 1995 cuando fue conectado al sistema el segundo reactor.
En los años 70, cuando comenzó la construcción del único complejo nuclear en México se hablaba de un plan que permitiría aprovechar un potencial casi a la totalidad de energía eléctrica generada hasta entonces en el país, sin embargo, el boom petrolero echó por tierra las expectativas y el yacimiento petrolero de Cantarell terminó por sepultar la misión.
"En los 80, por ejemplo, se hablaba de que podríamos alcanzar una capacidad instalada de 20 mil megawatts para el 2000", recordó Marcos Rosenbaum, investigador y ex director del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, la fiebre del petróleo en México y la consecuente dependencia del gobierno mexicano hacia el consumo de energías provenientes de combustibles fósiles echaron por debajo este plan, adicional a los problemas geopolíticos derivados de los accidentes nucleares, siendo en 1989 el de Chernobil, Ucrania, el más devastador hasta el momento.
El académico explicó que otro de los procesos que actualmente se está desarrollando es el de la fusión nuclear, que en términos generales es inverso al de la fisión y que se encuentra principalmente en astros y demás formaciones espaciales que generan su propia incandescencia, sin embargo, estimó que quizá en 20 años se podrán ver avances reales.
"Yo creo que ignorar la energía nuclear como una fuente real de energía no es sabio", aseguró, ya que en su opinión, México debe pensar en este tipo de proyectos para diseñar un plan maestro que tome en cuenta que requiere fuertes inversiones en cuanto al arranque del mismo.
Sin embargo, existen también retos a vencer ya que según la Agencia de Energía Nuclear de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México compra en el mercado internacional el uranio que requiere para la operación de Laguna Verde a pesar de que tiene reservas probadas por dos mil toneladas, pero que resulta incosteable su extracción.
Como dato, al año México consume el equivalente a un poco más de 100 pentajoules de uranio para alimentar la planta de Laguna Verde, y que alcanzó su pico máximo en los últimos diez años en 2006 cuando requirió 119.42 pentajoules para funcionar durante todo ese año.
Para tener otro parámetro de las dimensiones de esta cantidad de energía, en un reporte anual de British Petroleum, afirma que el año pasado México consumió alrededor de 2.3 millones de toneladas de petróleo crudo para generar energía nuclear. Esto representó el 0.4 por ciento del total de la demanda global para este tipo de fuente de energía.
La agencia de investigación de la OCDE afirma también que a pesar de que México cuenta con un depósito de residuos, en un futuro será cerrado por problemas con las comunidades aledañas, con la finalidad de abrir uno nuevo donde también confluyan los desechos de la industria médica y farmacéutica, sin embargo, no se tiene mayor detalle al respecto.
El caso francés
Desde el punto de vista nuclear, una de las fortunas de Francia ha sido no ser un país petrolero, porque hoy en día 78 por ciento de la energía eléctrica que se consume en aquel país europeo, proviene de plantas atómicas.
Según información de British Petroleum (BP) en 2008 Francia consumió a través de energía nuclear el equivalente a 99.6 millones de toneladas de crudo, que representa 16.1 por ciento del consumo total del mundo, solo tres por ciento menos de lo que consumió la región Asia Pacífico en el mismo año.
Superado solamente por Estados Unidos que consumió 31 por ciento de la energía nuclear al año pasado, el caso de Francia supera a grandes economías como la de Alemania con 5.4 por ciento del total, y a la de Rusia con el seis por ciento global.
Maurice Croci, agregado comercial de Francia en México, explica que en los años 70, contrario a lo que le ocurrió a nuestro país, Francia tuvo que incrementar su estrategia nuclear con la implementación de una política de largo plazo que se creó en 1973, después del choque petrolero y cuando los precios del combustible comenzaron a irse por las nubes.
"Afortunadamente no tenemos petróleo (risas) y tuvimos que encontrar una solución más nacional para asegurar nuestro aprovechamiento de energía, desde este tiempo se desarrolló toda esa política", recuerda el diplomático.
Actualmente Francia cuenta con un total de 59 reactores nucleares que ayudan a que como país reduzca la emisión de un total de 31 millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) al año.
Recordó que fue en aquella misma década de los 70, cuando se tenía la intención de contruir una planta nuclear en México, posteriormente materializada en Laguna Verde, que nuestro país firmó en 1979 un convenio con Francia para el desarrollo de esta tecnología, sin embargo, al boom petrolero echó por tierra el plan.
"La cantidad de petróleo que se descubrió en Cantarell permitió olvidar esta fuente de energía y ahora México tiene que resolver dos problemas, que las reservas se reducen y hay que buscar formas alternativas de fuentes de energía. Además se debe considerar los problemas de emisiones si se siguen desarrollando centrales térmica", comentó en entrevista con Excélsior.
Croci ventiló que el gobierno mexicano tiene interés en elaborar un plan para el desarrollo de energías nucleares y para lo cual está buscando al gobierno francés para poder pactar un nuevo convenio de colaboración mucho más a detalle que el que signaron hace ya 30 años
Pero no será un camino fácil, ya que el titular de la oficina comercial de Francia en nuestro país advirtió que México requerirá adherirse a una serie de tratados internacionales sobre seguridad nuclear y salvaguardia, mismos que tendrían que se aprobados por el Congreso de la Unión y no por la Secretaría de Energía (Sener).
"En ese caso, Francia está lista a ayudar y a apoyar a México si decide desarrollar política nuclear dedicada a la energía y, por supuesto, donde no haya nada militar, con la finalidad de desarrollar investigaciones comunes, así como apoyo técnico", concluyó.
Hacia adelante
Julio Escandón, investigador del Centro de Alta Dirección en Economía y Negocios (CADEN), de la Universidad Anáhuac, estimó que en el país existe oportunidad para la construcción de 20 a 30 plantas nucleares.
"Creo que en el mundo apenas se está retomando el tema nuclear, nos conviene ver nuevos desarrollos y evaluarlo como perspectiva real. México tienen suministro de la materia prima y podría beneficiarse de forma muy importante de esto", aseguró el especialista.
También recordó que no se debe dejar a un lado a las fuentes renovables de energía como la eólica o solar, ya que entre todas podrían ser un complemento, más que una fuente principal como lo son hoy los hidrocarburos en el país.
"No lo veo en el corto plazo, son cuestiones que se desarrollan en tiempos que son diferentes a los políticos y como está nuestra estructura y desarrollo de políticas en torno a este tipo de temas, requiere de visión de largo plazo y vamos a necesitar que alguien lo lleve de la mano", dijo.
Agregó que la propuesta inicial de un nuevo modelo atómico o de la expansión del que ya se tiene en México deberá venir de los mismos desarrolladores de tecnología, así como del sector científico, ya que la producción con hidrocarburos es cada vez más difícil por el agotamiento, cada día, de las reservas.
Para Maurice Croci, delegado comercial de Francia en México, existe interés por parte de la comunidad mexicana, sin embargo, las inversiones elevadas que se requieren para lograr una planta, así como el plazo de hasta diez años para su construcción, son los principales frenos.
Con una tendencia similar, Marcos Rosenbaum, investigador de la UNAM, aseguró que es necesaria la creación de grupos de trabajo que tengan la capacidad de análisis y que puedan contribuir a lo que pudiera ser un sistema de energía nuclear en el país. Sin embargo, hasta el momento no ha habido proyectos al respecto e incluso la nuclear no forma parte de las prospectivas más recientes que publica la Secretaría de Energía cada año.
Hay que recordar que el país atraviesa por una de las peores etapas en materia de electricidad. Si bien está conectado prácticamente el 100 por ciento de la población, la demanda sigue aumentando.
Para 2025 se estima que habrá en México 120 millones de personas, es decir, casi 10 millones más respecto a esta fecha.
A ello, hay que agregarle que los precios y tarifas de luz no son competitivos respecto a otros países, como Canadá y EU.
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