sábado, 19 de septiembre de 2009

terror sinarquista

El sinarquismo es un sistema de pensamiento oligárquico en los que sus miembros pretenden que la forma de mantener el poder es con la teoría del "Big-Brother", es decir, presentarse como los elegidos y únicos que pueden garantizar la seguridad (Estado-Gendarme) frente al terror, para ello usan grupos de extrema-izquierda o extrema-derecha indistintamente.
Adivinen de que corriente de pensamiento es el grupo que usurpó la Presidencia en 2006.
-RegioEnResistencia.


http://www.eluniversal.com.mx/columnas/80094.html
Bajo Reserva
Periodistas de EL UNIVERSAL
El Universal

Sábado 19 de septiembre de 2009



Casualidad o no, lo cierto es que los sucesos de impacto mediático que se han registrado en la ciudad de México en los últimos días comienzan a generar inquietud en la sociedad. Primero fue la aparición de Josmar y su "bomba", con la que secuestró un avión de Aeroméxico; luego, una serie de detonaciones en una agencia de autos, en un banco y en una boutique de Polanco, y ahora el ataque a tiros dentro de un vagón del Metro. Lo que faltaba. Horas antes de este último incidente, que costó la vida de dos personas —al parecer, ambos policías—, Fernando Gómez Mont aceptó que el Cisen está investigando algunos de estos casos, y que "está encontrando información valiosa". ¿Actos aislados?, esa es la pregunta. Ahora hay que estar pendientes y hasta alertas.




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Personal

Guerrillas en movimiento

September 16, 2009

— 1:00 am

En las dos últimas semanas, cuatro ataques de organizaciones clandestinas fueron perpetrados en la ciudad de México. Tres bombas hicieron explosión, con daños limitados, en una sucursal de BBVA Bancomer en el sur de la capital, en una distribuidora Renault en el oriente, y en una boutique en una exclusiva avenida en el poniente. Una más no estalló, en una sucursal de Banamex, por lo cual el hecho no fue de conocimiento de la opinión pública. Sólo se reivindicaron dos de esos atentados, por parte de tres agrupaciones clandestinas aparentemente sin conexión, pero con una peculiaridad: en todos los casos, el explosivo estaba compuesto de gas butano con detonadores de manufactura artesanal. ¿Qué está pasando? La olla está comenzando a hervir.

Los atentados a los bancos no fueron reivindicados por nadie, pero el de la Renault, el 9 de septiembre, se lo acreditó  primero el grupo España Signus Franciscanos, que ha estado asociado a grupos de derecha, y que tuvieron un papel importante durante un movimiento social en Oaxaca hace 30 años. Horas después se lo adjudicaron las Células Autónomas de Revolución Inmediata "Práxedis G. Guerrero", que hicieron una denuncia muy particular: contra la construcción de una cárcel de máxima seguridad en las inmediaciones del Reclusorio Norte, donde se encuentran presos militantes de la vieja Liga Comunista 23 de Septiembre, de la Unión del Pueblo –que al fusionarse se convirtió en el Procup-, y del EPR, que nació de la integración orgánica de las guerrillas de Oaxaca y Guerrero. El último, la mañana de este lunes, en una boutique de Max Mara, fue reivindicado por el Frente de Liberación de Animales (FLA), que emitió un comunicado en el cual afirman que se suman a la semana internacional contra esa marca Prét-a-Porter italiana.

El procurador general de Justicia del Distrito Federal, Miguel Mancera, minimizó los atentados, argumentando que los implementos utilizados pueden ser comprados en cualquier tlapalería, y que la similitud de los explosivos utilizados se debía probablemente a un imitador. Aunque hipotéticamente sea cierto, no es común que una persona cualquiera pueda fabricar un explosivo. Se puede entender que Mancera no quiera hacer sonar las alarmas en la capital, pero mientras no se resuelvan los casos de manera satisfactoria, hay que atenderlos con toda seriedad. Especialmente, porque al analizar los vínculos entre las organizaciones, brotan las relaciones que existen entre ellos que trazan escenarios inquietantes para el futuro mediato.

A diferencia de lo que plantea Mancera, sí hay vasos comunicantes entre cuando menos dos de las organizaciones que reivindicaron los atentados. Una es el FLA, que es una organización anarquista que pertenece a las redes del llamado Black Block, que ganó prominencia en 1999 con sus acciones violentas durante las protestas callejeras en Seattle, contra la reunión de la Organización Mundial de Comercio, y reiterada en las calles de Génova, durante la reunión anual del G-8. Estos grupos son de izquierda radical –aunque se les llegan a unir organizaciones de extrema derecha-, y tienen como constante ideológica el ataque a empresas multinacionales. En México llegaron por la puerta de Chiapas, y tuvieron larga relación con el Subcomandante Marcos y el EZLN. Aunque no hay una vinculación orgánica evidente con las Células Autónomas, hay una relación indirecta, a través de las redes insurgentes en internet, con la autoridad máxima de esa organización guerrillera, las Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón, que nacieron en 1996, cuando emitieron su primer comunicado el primero de agosto, el "Manifiesto de los Volcanes", donde reivindicaban la lucha armada.

Las Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón son quienes, como órgano cúpula, establece los nexos operativos de los bombazos de septiembre. Este grupo opera en cuando menos 11 entidades del país, y tiene en Texcoco y Chimalhuacán, en los suburbios de la ciudad de México, sus principales centros de reclutamiento de cuadros. En este sentido ha funcionado en los últimos años de la misma manera que el EPR, con quien también tienen vínculos. Pero el grupo guerrillero con quien más relación tiene son las FARC, el ejército rebelde colombiano. De hecho, en la computadora de Raúl Reyes, el número dos de las FARC, asesinado por el Ejército colombiano en una invasión a territorio ecuatoriano, encontraron correos electrónicos enviados al "Comandante Fermín", Ángel Fermín García Lara, quien era líder sindical en el IMSS, y dirigente del Movimiento de Lucha Popular y del Movimiento Bolivariano de los Pueblos.

El enjambre en el cual se mueven los grupos clandestinos que sembraron los explosivos este mes en la ciudad de México, no demuestra necesariamente una acción coordinada –para establecer la teoría de la conspiración-, pero sí refleja, cando menos, la efervescencia que se vive en los pasillos de la clandestinidad dada la frecuencia de los atentados. No son los únicos que se han dado. En los últimos meses, el FLA ha estado muy activo en varios estados del país, y el EPR tendrá que ratificar con sus bases si en 2010 inician una nueva campaña armada. Agitación guerrillera existe en todos los estados del Pacífico, y en algunas entidades en el centro y sur del país. En 1994, cuando se alzó el EZLN, la coordinadora guerrillera consideró que no estaban dadas las condiciones para la insurrección popular. Previamente a las elecciones, el EPR, principal organización guerrillera militar, aplazó para el próximo año sus acciones.

El país se está calentando en paralelo a la agudización de las contradicciones por la crisis económica y las altamente cuestionadas y repudiadas recetas gubernamentales. Sin quererlo, en el gobierno federal están ayudando a las guerrillas a madurar el alzamiento con la exacerbación social. En su favor cuentan con algún tiempo, pues aún no deciden la fecha para el levantamiento. Los bombazos de septiembre no fueron la enfermedad; son los primeros síntomas.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx




http://www.eluniversal.com.mx/columnas/79312.html
¿Sabe o no sabe?
El Duende Preguntón
El Universal

Martes 28 de julio de 2009


Hace dos semanas, pajaritos, cuando La Familia Michoacana arreciaba sus ataques contra instalaciones y cuarteles de la Policía Federal en Michoacan, en respuesta por la detención de Arnoldo Rueda Medina, La Minsa, me quedó la sensación, casi la certeza, de que en la forma de atacar de ese grupo de narcotraficantes había tácticas y entrenamiento guerrillero.

Porque su ofensiva contra los policías no sólo resultó letal y altamente efectiva —19 bajas de la PF y cero de los narcos—, sino que además demostró claramente que los delincuentes tuvieron todo el tiempo "el factor sorpresa" y los federales no pudieron reaccionar a los ataques, entre los que se incluyó el secuestro, tortura y asesinato de 12 policías de la PF que operaban encubiertos en Michoacán y fueron "puestos" al parecer por autoridades municipales o estatales para que fueran asesinados brutalmente por La Familia.

Desde hace tiempo, pajarracos, los analistas y expertos del fenómeno del narco advertían del riesgo de que ocurriera una peligrosa conexión entre los traficantes y las guerrillas activas e intermitentes en México. Esa combinación letal ocurrió en algún momento en la Colombia de los años 80 y desencadenó el complejo entramado de las FARC colombianas, que se convirtieron, combinando actividades subversivas y políticas con tráfico de drogas y delincuencia organizada, en un problema gravísimo que desafió al Estado colombiano al controlar hasta 40% del territorio físico de esa república sudamericana.

En México, según las autoridades y todos los reportes de inteligencia, no ha ocurrido esa conexión narco-guerrilla, pero a partir de lo ocurrido en Michoacán, hay funcionarios de alto nivel en las áreas de seguridad del gobierno que no descartan que La Familia Michoacana haya aprendido tácticas guerrilleras, de las llamadas "Guerra de guerrillas" y las esté utilizando en su combate a las fuerzas federales.

Los ataques a la PF, la propaganda a través de comunicados, llamadas a medios o incluso sus mecanismos de reclutamiento y adoctrinamiento semejan por momentos a los utilizados por algunas guerrillas de la década de los 70.

Aunque no hay más información que confirme una posible asesoría de ex guerrileros a los líderes y miembros de La Familia, hay un dato que podría dar luz sobre el conocimiento que muestra ese grupo delincuencial, considerado "único" en México por las propias autoridades, de las tácticas y modos de operación de las guerrillas. Servando Gómez, La Tuta, a quien el gobierno ubica como el principal líder de La Familia, es un hombre de 69 años, maestro normalista, que en la década de los 70 estudiaba en la Normal y que pudo tener contacto con compañeros de escuela que se involucraron o militaron en movimiento subversivos.

No dan más información, pajaritos, de si La Tuta tuvo contacto directo con guerrilleros o ex guerrilleros, pero ese dato podría explicar cómo es que esa organización conoce y aplica, a juzgar por la forma que ha respondido a los golpes de las fuerzas federales, las tácticas guerrilleras.

Porque además, a decir de las propias autoridades, ningún otro grupo del narco en México ha logrado hacer lo que ha hecho La Familia. No sólo logró crear una fuerte base social en la mayor parte de los municipios de Michoacán, a través de la cual produce y controla la siembra, producción y tráfico de mariguana y drogas sintéticas, sino que penetró totalmente las estructuras políticas del estado, desde controlar las alcaldías hasta tener nexos directos con gobernadores y sus equipos.

Pero lo que más sorprende a los funcionarios de inteligencia es la habilidad para operar como auténticos poderes políticos y sociales en ese estado, a través de extrañas tácticas de adoctrinamiento religioso que les garantiza absoluta fidelidad de sus militantes y apoyo social como pocas organizaciones del narco en México. Por algo se hacen llamar La Familia y son hoy el cártel más complejo y organizado, al menos en su penetración social y político, del narcotráfico en México.




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