miércoles, 6 de enero de 2010

Cierran parlamento canadiense para evitar denuncia de torturas, deportes para ocultar todo

EL FINANCIERO

Colvin denuncia tortura; Harper

cierra el Parlamento
Gabriel Moyssen
Miércoles, 6 de enero de 2010
Democracia al estilo canadiense: Por segundo año consecutivo, el premier Stephen Harper solicitó a la gobernadora general, Michaëlle Jean, cerrar el Parlamento hasta el 3 de marzo, a fin de evitar una investigación sobre las denuncias de tortura de prisioneros en Afganistán formuladas por uno de sus antiguos representantes diplomáticos en Kabul, Richard Colvin.

Al rendir testimonio ante el Comité Especial para la Misión en el país asiático de la Cámara de los Comunes, Colvin manifestó en noviembre que el gobierno de Harper y las fuerzas armadas ignoraron y censuraron sus numerosos informes respecto al maltrato y tortura de los presos que cayeron en las garras del régimen narcotraficante de Hamid Karzai, entregados por las propias tropas de nuestro socio comercial, entre 2006 y mayo de 2007.

Asimismo, manifestó que la mayoría de los transferidos al temible Directorio Nacional de Seguridad tan solo eran campesinos y gente ordinaria, capturada en redadas por los ocupantes de la OTAN; "en otras palabras, detuvimos y entregamos para duros tormentos a un montón de gente inocente", expuso.

Sin embargo, en lugar de abrir una averiguación, señala WSWS, la respuesta de las autoridades y los legisladores del Partido Conservador, en minoría desde la reelección de Harper en 2008, fue lanzar junto al ejército una campaña de engaños y ataques contra Colvin, quien se desempeñó como número dos de la legación en Kabul. Lo acusaron de ignorar la realidad de Afganistán, tras asegurar que hasta 2007 no existían pruebas contundentes de la barbarie practicada por el delincuente electoral Karzai, pese a que la misma cancillería estadounidense lo ha reconocido.

Uno de los tories que intentaron ocultar las revelaciones de Colvin fue el exministro de Defensa, Rick Hillier. Pero Colvin, nacido en 1969 en Inglaterra -emigró a los 16 años a Ontario- y con experiencia en Cisjordania, develó en diciembre más evidencias con nombres y fechas en un documento de 16 páginas. Los sondeos indican que los canadienses le creen y que el rechazo a la aventura militar aumenta; por eso Toronto Sun afirmó en un editorial que "Harper no puede esconderse del escándalo" y pidió una aclaración en forma. Hasta entonces, "el gobierno estará operando bajo una nube", aseveró.

La suspensión del periodo legislativo fue anunciada la noche del miércoles 30 de diciembre por el vocero de Harper, Dimitri Soudas, al tiempo que se presentaba el equipo nacional de hockey sobre hielo, detalla The Guardian, y es que la apuesta de Ottawa es que la explosiva denuncia se olvide con los Juegos Olímpicos de Invierno, que se inaugurarán el 12 de febrero en Vancouver.

Consulta

Según Soudas, el cierre obedece a que el gobierno desea "consultar" al pueblo para elaborar una agenda postcrisis y el presupuesto anual, que someterá al Parlamento. También le serviría como plataforma para organizar una votación en primavera y lograr la mayoría, ya que los opositores son colaboracionistas: Los liberales de Michael Ignatieff -promotor de las "intervenciones humanitarias"- no quieren elecciones anticipadas y los neodemócratas salvaron a Harper en 2009, al abstenerse en una moción de confianza.

El vocero subrayó que el Parlamento no halló pruebas de que las fuerzas canadienses violaran la Convención de Ginebra al entregar prisioneros para su tortura; pero no se entiende por qué, entonces, Colvin fue amenazado con un proceso legal bajo las leyes de seguridad nacional si acude a la Comisión de Quejas de la Policía Militar, que realiza pesquisas a solicitud de Amnistía Internacional y la Asociación de Libertades Civiles de Columbia Británica.

"¿En que otra democracia se permite al gobierno esconderse varios meses de la Legislatura?", cuestionó la revista Maclean's. Los liberales de Jean Chretien suspendieron el Parlamento cuatro veces en diez años. Harper lo hizo en diciembre de 2008 para eludir un voto de confianza y su consiguiente caída, solo dos semanas después de que el Parlamento empezó a sesionar. En aquella fecha, liberales, neodemócratas e independentistas de Québec firmaron un "acuerdo" para unirse y derrotar al premier; "puede correr, pero no ocultarse", señaló el diputado Bob Rae.

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